¡Y sí… La Gabi lo hizo de nuevo y va por mas!!

 

 


Caleta  Olivia Santa Cruz 
Hora 10:30
"Siempre tenemos algo para contarles"


En las redes sociales Gabriela Colazo , publico lo que fue la participación en "El Cruce Saucony 2023"; cuando lo vi me llamo la curiosidad de que me contara mas, sobre esta actividad. 

Una de mis preguntas fue cuando comenzaste; de lo que Gabriela -R. corro desde enero 2016 ¿Cuantas horas le dedicas al entrenamiento?

(R) -Corro 6 días a la semana, uno de descanso tenemos.

Cada día son de no más de una hora...Los sábados o domingos son los días de fondo, Es decir mucha distancia 15 o más... Kilómetros depende; -

¿Cómo llegas al cruce, sabiendo que son trepadas no muy fa sil , zona rocosa? (R) - Gabriela Para ir al cruce , tuve que integrarme al grupo 4x4 que entrena el profesor Gabriel Isotelli él es de Comodoro Rivadavia , de esa manera nos concentramos en el límite de Ramón Santo ; lo que sería la zona de "Playa Bonita " o "La Herradura " te comento que desde nuestra ciudad somos varios y de esa manera ,nos

juntamos los sábados y domingos y son entrenamientos específicos aprovechando la meseta , con muchas subidas y bajadas es un entrenamiento técnico. Hay diferentes tipos de atletas con diferentes niveles, él nos prepara una planificación estricta, dividida por grupos, a saber: A, B, C y D, donde una vez concluido cada entrenamiento esos datos los volcamos una planilla para controlar lo que vamos haciendo, "Un ejemplo mío personal yo hacia 200 Kilómetros mensuales." Es decir, que cualquier persona puede hacer la carrera si cumple con las tareas que nos designa, lo que importa es ser constante y disciplinado


¿Cómo se conforma el equipo? ®- Gabriela - Somos más de 100 corredores de varias partes del país. Caleta, Comodoro, Tierra del fuego, Córdoba, Buenos Aires, algunos en Miami, una señora de Noruega, Portugal bastante Federal e internacional. Si todo esto tiene un costo, el Profesor nos cobra una cuota mensual.

La investigación siguió y consultamos al sitio oficial, donde pudimos sacar más información y poder hacer conocer este deporte de alto nivel y que atleta de Caleta Olivia suelen competir.


Equipo de Running y Trail Running, con base en Comodoro Rivadavia y sedes en distintos lugares del país. Planes a distancia. Prof.: @gabrielisotelli


4x4 Running Team   

Una nueva aventura comienza. Voy caminando, junto a mis amigos 4 x 4, hacia ese gran arco de largada: El Cruce Saucony 2023, en San Carlos de Bariloche. Para quiénes no saben, en esta carrera se completan 100 kilómetros divididos en 3 etapas, con 2 noches de campamento en medio de la cordillera. Experiencia inigualable, si las hay.

Llego al predio y más de 1200 almas soñadoras se encuentran al pie del cerro Catedral, con una energía incomparable que se despliega como esa bandera que me cubre antes de salir. Cuenta regresiva. Emprendo este nuevo viaje subiendo al cerro, son casi 10 kilómetros de trepada que resuelvo sin dificultad. Antes de llegar a la cumbre, visualizo el icónico helicóptero de El Cruce suspendido en el cielo barilochense para disfrute de los que estamos subiendo.

Es un hermoso día soleado que contrasta a la perfección con la nieve del cerro. Nieve que pondrá a prueba cada paso para poder bajar con seguridad y certeza. Comienzo a bajar por un bello camino sinuoso que permite admirar los paisajes del lugar.

Luego, sigo por senderos de montaña que te obligan a estar enfocado para no tropezarte con alguna raíz o torcerte un tobillo con alguna piedra. Al fin, llego al campamento 1, plena y enterísima.

Son las 8:30 hs. de la mañana y se larga la Etapa 2, la más difícil, son 30 km, con un desnivel positivo de 1619 m. Atravesaré los filos, no sin antes subir el cerro Suyai, para recién poder descender un tramo demasiado empinado. Comienzo esta segunda odisea junto a 3 compañeras del Team, Sofía, Jenifer y Saira. El trepar se hace intenso, hoy hace mucho calor, pero la espesura del bosque andino me resguarda con su sombra. Las piernas están resentidas por el esfuerzo de ayer, pero me responden bien. Se termina la arboleda y el sol es testigo de mi esfuerzo, vislumbro nieve en la cumbre y una suave brisa me reconforta.

Ya en la cima, me asombra sentirme tan fuerte y reitero en mi mente la frase que me acompañó hasta el momento: “Cuando la montaña te permita correr, vos corrés”. Y es así que troto segura y confiada por esos caminos desafiantes, llenos de rocas y piedras sueltas. Agradezco.

En mi ir tan libre y feliz me encuentro, como ayer, con mi profe, quién me da más confianza con su aprobación hacia mí. Ahí me doy cuenta que es fundamental verlo en plena carrera y vuelvo a agradecer por eso.

El paisaje es, simplemente, increíble, se puede observar desde allí arriba el azul profundo del lago Mascardi, los picos nevados de los cerros circundantes y la grandeza de esta amada Patagonia Argentina que enamora a cualquiera que pueda ver lo que vieron mis ojos.

¡Fui tan feliz!!.

Luego de pasar por una zona de rocas que apelan a tu instinto de supervivencia, emprendo el descenso. Un descenso técnico, muy técnico, el primero de esta índole en mi corto desempeño como corredora de montaña. Lo disfruto y siento, otra vez, la fortaleza de mi cuerpo y recuerdo cada entrenamiento que tuve en el año y cómo resolví cada dificultad presentada para aplicarlo aquí. Se acerca el ansiado oasis, al que arribo luego de 22 km de carrera. Paro, me hidrato, como y sigo.

Siento una molestia en mi pierna derecha que me impide correr durante esta última parte del recorrido. Vaticinio de lo que ocurriría mañana. Aun así, no me doy por vencida y combino un trekking- trote hasta llegar a la meta, fueron los 7 kilómetros más largos de la etapa. Logro cruzar el segundo arco.

Llegó la hora de la verdad: la tercera etapa. Para poder comenzar viajamos casi una hora hacia la última largada: la base del cerro Capon. Obviamente, se empieza subiendo y ahí me percato del suplicio que me espera. El dolor se hizo presente desde el minuto cero y me impide realizar mi zancada con normalidad, inclusive, camino con dificultad. Intento mantenerme serena y avanzo. Me alcanza Sofí, me facilita un calmante sublingual y me afirma que hará un rápido efecto.

Tránsito por un hermoso sendero de montaña que, intento, me salve de mis pensamientos. A medida que pasa el tiempo, varios de mis compañeros me pasan y me preguntan qué necesito, me dejan sus mejores energías, aparte, de ofrecerme cremas, aerosoles y demás artilugios de sus botiquines para aliviar mi dolor. Son todos tan empáticos y atentos, que me tranquilizan a cada paso.

Ya van casi tres horas y me encuentra “la Solé”, me da un comprimido que me hará mejor efecto y augura “Ella va a terminar, ella lo camina, pero lo termina”.

El dolor no cesa y yo sucumbo a mi mente. Comienzo a llorar como una niña, me invade la frustración, la impotencia, el enojo, el por qué a mí. Un vendaval de emociones es capaz de tirar abajo un año de una preparación física impecable. Pero yo también entrené mi mente y decidí darle un giro a lo que me pasaba. Me concentré en mi dolor, lo sentí, lo sufrí, lo acepté. Mi mente avizoró cada sensación de ese dolor punzante que ni siquiera me dejaba caminar. Identifico que es, nuevamente, mi fascia lata. Lloro otra vez, quiero abandonar, estoy totalmente devastada. Me siento. Respiro. Observo donde me encuentro: el panorama es magnífico y apacible, lo respiro y sigo. Voy bajando como puedo, rengueo, convivo con mi dolor y avanzo.

De pronto, me encuentran Dani, Fabia y Gabita. Las sabias palabras de Dani derrumbaron mi miedo: “Es una sobrecarga Gabi, ni bien te haga efecto el calmante, volverás a correr”. Y así fue que los últimos 15 kilómetros, en los cuáles trepé el San Martín, fueron de trote y de sentir que me sobraban piernas. Supe aprovechar esa tregua y avancé lo más rápido que pude, repitiendo, esta vez: “Mientras tu cuerpo te permita correr, vos corres”. De hecho, debo plasmar aquí una situación. A medida que avanzaba me topé con un grupito de corredores que iban caminando por senderos estrechos, yo frené y comencé a caminar, hasta que una voz me dice “Gabi, vos podés correr, pedí el paso”. Me doy vuelta y le digo “¿Vos decís?”, “Claro”, me responde y veo su cara conocida, la crucé en algún tramo, en alguno de los días anteriores, pero no recuerdo bien y pido paso. Me fui… En ese momento no le agradecí, lo hago ahora.

Es increíble el poder de transcender del amor y lo mucho que recibí ese último día. De hecho, mi Mario, a pesar de la distancia me sintió y me llamó en plena carrera, recibí de él un apoyo fundamental, de la persona que más sabía lo que me preparé para estar aquí. Fue una arenga que me dio más fuerzas para cruzar ese bendito arco de llegada y obtener así esa tan anhelada medalla.

Gané. Yo gané. A pesar de las dificultades no cambiaría nada. Me llené de aprendizajes.

Y sí… La Gabi lo hizo de nuevo.

Pero esta vez va por más.








































Comentarios

Entradas populares de este blog

Juan Fuentes se alejo del grupo Los Huayra

10 Partidos de suspensión a Martin Zarate jugador del Club Talleres

El indio Lucio Rojas y Son Ellas en el escenario Emilio Gonzales Caleta Olivia

Tito Antonio Quintana se corono Campeón Argentino en la categoría C2 7ma edición Vuelta Ballena.

La mejor superficie para el patinaje artístico es el piso flotante

Jesus Maria INAUGURACIÓN DE OBRAS EN EL ANFITEATRO

Grilla de cosquin 2018

Vale la pena competir ,esfuerzo garra y mucho mas

Ankatu a los Juegos Evita 2018 a Bariloche